El Ministerio de Educación
menciona que para propiciar el desarrollo de las capacidades físicas,
intelectuales, sociales y emocionales de las niñas y de los niños inmediatamente
surge la necesidad de crear el ambiente propicio para el aprendizaje y junto
con ello la organización de los espacios donde se realicen múltiples
experiencias. Esos espacios pueden ser cerrados o abiertos, ambos con un
potencial que es necesario descubrir y aprovechar al máximo.
El ambiente cerrado, el aula, es
motivo de preocupación para quién, cada año, trata de introducir modificaciones
que la hagan más funcional, más atractiva para las niñas y los niños. Uno de
los aspectos del aula es el físico o arquitectónico y está relacionado con sus
dimensiones que, algunas veces, es amplia y en otra pequeña o con una forma
irregular que probablemente condicionaría el proyecto de organización original.
Cuando el espacio es reducido, el estudio del ambiente debe ser más minucioso
para poder obtener el mayor provecho posible, al realizar la distribución del
material y el mobiliario. Un ambiente interior estrecho, muchas veces, es
compensado con un ambiente exterior más amplio.
Existen otros aspectos a tener en cuenta,
además de las dimensiones de los ambientes; es preciso tener en cuenta lo
relativo a la iluminación, ventilación y seguridad. Ambientes con adecuada
iluminación natural, ventilados y que ofrecen seguridad siempre son criterios
importantes de considerar en el momento de elegir el lugar donde interactúan
niños, niñas y docente.
No sólo las condiciones físicas de los
ambientes son criterios importantes para su elección u organización. Es
imprescindible tener en cuenta las necesidades de las niñas y niños para elegir
un ambiente o para organizarlo. En este sentido, la literatura especializada
nos señala que algunas de las necesidades de las menores y los menores son las
siguientes:
- Necesidad de autonomía o la capacidad de valerse por
sí mismo. A medida que crecen la niña y el niño van logrando nuevas conquistas
intelectuales, motrices, sociales y emocionales que le permiten una mayor
independencia del adulto. Esta necesidad guarda relación con sus
desplazamientos, elecciones, toma de decisiones, etc. Su necesidad de
desplazamiento, generalmente producto de su inagotable energía, requiere de
espacios donde pueda moverse libremente por lo que un ambiente estrecho con
mucho mobiliario impide satisfacer este deseo y frecuentemente produce conflictos.
- Necesidad de relacionar lo individual con lo
colectivo. Las múltiples actividades que se realizan diariamente brindan
oportunidades para el trabajo individual, en pequeños grupos y en el grupo
total. La organización del ambiente debe permitir estas distintas formas de
trabajo atendiendo y respetando las preferencias de las niñas y niños en su
proceso de socialización e individualización.
- Necesidad de descubrir. El niño es un investigador por
excelencia y en todo momento demuestra su curiosidad por el entorno. Por este
motivo es necesario incorporar periódicamente nuevos elementos que satisfagan
sus necesidades de exploración, de manipulación, de conocer el mundo que lo
rodea y que a la vez contribuyan a su desarrollo sensorial, perceptual, motor,
de comunicación y cognitivo. El ambiente se convierte así en una fuente
permanente de conocimiento en el que se mezclan objetos de la vida real con
otros que son producto de la imaginación; los que propician la coordinación
motora fina con los relacionados con aspectos cognitivos.
Otro aspecto que debemos considerar es que
si se parte del concepto de que el aula es un ambiente, un espacio lleno de
vida y de movimiento en el que, el niño y la niña, se sienten felices, mientras
disfrutan y aprenden, entonces debemos reflexionar y analizar con detenimiento
la forma en que dispondremos los materiales para lograr este propósito. En ese
sentido, es conveniente precisar que la organización de los rincones o áreas no
debe responder a un patrón único, más bien, en cada lugar, es necesario que
adopten características particulares en función de los patrones culturales, los
recursos disponibles, los criterios propios de los agentes educativos y las
características, necesidades e intereses de las niñas y de los niños.
¿Cómo podemos organizar nuestra
aula?
El primer paso será determinar las condiciones del aula, si necesita pintura o sólo una limpieza profunda.
Luego pensar en cómo distribuir el mobiliario para que permita la libre circulación de los alumnos, lo que será motivo de diseñar en un croquis la posible ubicación de cada mueble.A continuación debemos hacer un inventario de los materiales con los que se cuentan separando los materiales que estén en buen estado de aquellos que necesitan ser separados. Este trabajo puede dar lugar a un taller de material educativo con participación de padres y madres de familia en el que,además de arreglar los elementos deteriorados, se confeccionen entre otros.
Finalmente hay que decidir
donde se ubicarán
los materiales. Este es el momento en el que, con la participación de las niñas
y niños, se organizarán
los espacios de aprendizaje del aula. La participación de los alumnos
contribuirá a hacer el ambiente
más atractivo para ellos porque
responderá, en gran medida
a sus intereses.
Esto no quiere decir
que esta distribución
permanezca inalterable durante
todo el año, los nuevos intereses y experiencias harán que ellos mismos sugieran
cambios. Pero la participación de las niñas y de los niños no
nos exime de la responsabilidad de preparar un ambiente acogedor
para recibirlos.
Cuando los niños
son más pequeños
y recién llegan
a un ambiente nuevo es
importante que encuentren en él motivos que los ayuden a adaptarse a esta nueva
experiencia extra familiar. Por ello podemos comenzar por organizar por lo menos
dos áreas, para poner los materiales de que disponemos, a las que luego podremos
ir incorporando otras nuevas en función de las necesidades e intereses de las
niñas y de los niños. Para este grupo de edad
generalmente los rincones
o sectores más interesantes son los conocidos como el de las dramatizaciones y el de construcciones.
- El sector dramatizaciones es uno de los que permanecen todo el año aunque está sujeto a modificaciones de acuerdo con el deseo e interés de las niñas y niños. Así, en un momento puede ser la casa, luego la tienda, el mercado o el teatro. Este espacio ofrece la oportunidad de desarrollar experiencias de juego simbólico, característico de esta etapa, donde la niña y el niño representan situaciones diversas de vida cotidiana: oficios, costumbres, tradiciones de su comunidad desarrollando su capacidad de expresión sus habilidades sociales y su autonomía, entre otras.
El sector de construcción da la posibilidad tanto para el juego individual como para el de grupo.
Aquí las niñas y niños planifican y hacen construcciones o exploran los
materiales, los comparan, clasifican y agrupan horizontal o verticalmente.
Es fundamental que las aulas de las instituciones educativas estén muy bien organizadas, los maestros al momento de ambientar el aula deben tener en cuenta ciertos aspectos que sean ventajosas para el desempeño de los alumnos, tales como la iluminación, ventilación, espacio; en ese sentido distribuir los materiales de acorde al contenido, cuyo contenido debe ser motivador, es decir: llamativo, colorido, palpable, que tenga variedad y un "propósito a lograr", que ayude al alumno a reforzar sus habilidades cognitivas, sus capacidades, ademas adopte una actitud positiva e integrada al momento de desarrollar el trabajo en equipo, de este modo el alumno al relacionarse directamente con estos materiales u objetos van descubriendo, logrando así un aprendizaje significativo.
ResponderEliminarel proceso del juego es una experiencia de aprendizaje poderosa y multifacetica. el juego infantil implica la exploracion la experimentacion con el lenguaje el conocimiento y el desarrollo de las aptitudes sociales
ResponderEliminares muy importante tener un orden dentro del aula ya que así las actividades tendrán una secuencia y los niños sabrán respetar el momento de cada una de ellas y el trabajo en equipo
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